domingo, 13 de abril de 2008

21:34

Mientras jugaba con la taza y la bolsa rota. Pensaba en lo que antes daba por perdido; alejarlo para que no se pierda frente sus narices.
Se aclaro un par de puntos que hace unos dias habían creado situaciones incómodas. Porque no acostumbra a callar, ni a gemir por las esquinas.
Se paro y siguió al compás que le dio la gana, cuando quiere toma y retoma, mas lento de lo que te deja.
Asi deja extendida su mano...

1 comentario:

Anónimo dijo...

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emmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmm



mmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmm

:/